Cuando se le pregunta a Daniel Felipe Martínez cuál es su pretensión en el actual Giro de Italia, el corredor de 28 años, quien de joven tenía como meta ser jugador profesional de fútbol, expresa, sin titubeos que su objetivo es conquistar el título. ¿Pero qué tiene de especial este deportista para tener esa convicción al hablar y estar en este momento entre los mejores de la edición 107 de la corsa rosa?

Si bien el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates) es el claro favorito para imponerse en el certamen, Martínez, desde el comienzo de la prueba, ha mostrado su ambición no solo con palabras y fuertes pedalazos, también con una gran lectura de carrera para aspirar a cosas grandes en un certamen al que por primera vez llegó como jefe de filas. Arribó este año al equipo alemán Bora y de entrada empezó a responder con gratos resultados a las responsabilidades encomendadas.

Tras una semana de competencias en su cuarto Giro, el corredor que de niño vendía dulces dentro de su colegio en Soacha para ayudar a sus padres en la economía del hogar sigue sorprendiendo con su buen rendimiento.

Desde que terminó segundo en la segunda fracción con el final en alto en el Santuario de Oropa, donde venció Pogacar, Daniel escala en la general. Es segundo, sobre todo por su buena actuación en la contrarreloj el viernes (8°). El sábado, en el final en subida en Prati di Tivo, también entró a la sombra de Poggi, ganador.

“Las sensaciones son buenas, este puesto da un golpe de confianza, de moral, entonces hay que seguir concentrado porque queda todo el Giro por delante”, indicó Martínez en ese momento.

fuente consultada: elcolombiano.com