Desde Donde nace el Pulmón de la Tierra y el río madre lo alimenta

Un asomo de malestar por leve afección respiratoria, estando en Leticia en octubre del 2019, no impidió que en el mes de noviembre retornara por unos días a cuenta de un seminario convocado por la Liga Nacional de Tuberculosis y enfermedades respiratorias.
Aquello que me alertó y de lo cual no hice caso, me ancló por dos semanas con un diagnóstico de Dengue que vine a concluir después de casi un mes, en Bogotá.
Resultado de este episodio Sin duda, el aprendizaje de buenas acciones como la Prudente alerta, siempre la prevención, la escucha y el autocuidado.
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Llegó Enero del año 2020 y la selva, las costas, los llanos y montañas colombianas con él presentían lo enrarecido de la vida en sus consiguientes meses . En los albores del Covid-19, el 6 de marzo con el primer caso en Bogotá, viajaba yo desde Medellín y dos días después hacia Leticia.
La naturaleza es sabia y los humanos también seres de esta creación aunque sabios, algo torpes. Algunos, en la confusión creen ser y saber más que los demás.Pero
la gobernanza de la vida es colectiva y nos debemos los unos a los otros.
Digo esto por los días en que
Las ciudades capitales de Manaus en Brasil e Iquitos en el Perú en el corredor geográfico de la triple Frontera, encendían las alarmas del Covid-19, en tanto Leticia, silenciosa como el virus, pese a sus defensas bajas, sobre llevaba el deprimente estado reinante en todos los órdenes.
Las primeras señales de alerta de instalación del virus en el territorio, no merecieron para el departamento ni los mínimos primeros auxilios y en un abrir y cerrar de ojos, fue necesario recurrir a cuidados intensivos.
Desde el sentir ciudadano, se acudió ante connotados influenciadores con poder amplio y suficiente para madrugarle al SARS-CoV-2 en el Amazonas. Pero no hubo eco, no valieron mensajes ni acertijos como este de mi cosecha :
* El coronavirus no sabe de fronteras Es el mismo en la orilla peruana 🇦🇹 brasilera🇧🇷 o colombiana* 🇨🇴.
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El 22 de marzo regresé del Amazonas, con buena dosis de aceite de
copaiba, astillas de chuchuwasa, guisador pariente de la cúrcuma, buen antioxidante y antibiótico natural, amén de la provisión de otras delicias de nuestros nativos frutos de cosecha.
Los planes ingenuos de pronto retorno aún esperan. Pues con abril recrudeció la crisis por la presencia del coronavirus apoderándose del territorio humano en nuestra Amazonía.
60 días iniciales de aislamiento social, me inspiraron el más intensivo curso de sobre vivencia sin la excepción de buenas prácticas ante un nuevo estilo de vida. Hoy en mi antesala al sexto mes del año, respiro Amazonas. En retrospectiva pasan las buenas acciones del obligado distanciamiento social, se hace imaginaria la línea que dibuja las fronteras y el corazón se junta a la tierra con palpitante e inconfundible ritmo de recordación que hace cantar junto al Juglar Pedro Bernal 🎶YO SOY DE LEJOS🎶 *...
🎵🎶#AMAZONAS
ES COLOMBIA,merece toda la atención....
... Yo te invito a conocer a esta Tierra que es tu Tierra.
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La clorofila que nutre mis días fluye como los colores del arcoiris, donde la fusión de las tonalidades, suman Uno.
Gratitud a cada entidad, empresa, persona, colectivo y familia que con entusiasmo, fe y firmeza hacen de este aislamiento el mejor modo de comunicar lo que habita en sus corazones
AYUDA HUMANITARIA por un nuevo despertar a la vida, tejiendo auténtica salud y emprendimiento solidario.
Gloria E. Revelo C
Bogotá, mayo 31 de 2020.