Crónicas 68 Vuelve y juega la politiquería, sólo cambio de personajes
Volvió la pasividad política y la calma relativa a Colombia y al departamento del Amazonas después del paso del circo electoral llamado “elecciones” recién efectuadas en el territorio nacional, jornada que dejó alegrías, decepciones, tristezas, incertidumbres y sobre todo problemas económicos a los que convencidos de ser ganadores, invirtieron la famosa mermelada en sus electores saliendo “quemados” como se dice coloquialmente.
Y aunque traten de justificar su salida pataleen y demanden para no perder esa “teta”, ya lo electo y contado, contado y electo está.
Y en lo que compete al Amazonas, fue una jornada de cambios en cuanto a nuevos representantes se refiere, porque por lo demás, sigue la misma parafernalia, se siguen utilizando las mismas artimañas para conseguir los votos a como dé lugar, en unas elecciones atípicas en donde lo único que cambia son los personajes porque la situación politiquera adversa a la región, como lo ha demostrado el pasar de los años, sigue siendo la misma, por no decir peor.
Aunque hubo sorpresas en la elección, también se demostró que las maquinarías que manejan los destinos de la región siguen haciendo de las suyas cuando de defender sus intereses corruptivos se trata, y hasta la suerte les jugó a su favor en esta ocasión para sacar un candidato electo.
Y aunque lograron reemplazar los representantes que querían perpetuarse en el poder, también es cierto que no es mucho lo que las cosas vayan a cambiar con esta elección, sin ser negativo ni resentido como lo dirán algunos de mis contradictores, pues a pesar de que uno de los elegidos es de tendencia y ancestro popular, el otro es de apellido con herencia politiquera de los que manejan actualmente la región. Dios quiera esté equivocado y ojala la tendencia de su gestión no sea únicamente para mejorar su patrimonio familiar. Se notó que algunas personas quieren el cambio, pero les falta cohesión para conformar una fuerza transformadora que despojados del egoísmo, de individualidades y de ese regionalismo malsano, unidos conlleven la situación a un mejoramiento regional, sobre todo en el campo político.
Ya se vio una juventud inquieta con ganas de hacerse sentir, con ganas de que las cosas mejoren en su departamento y ¿quién más que ellos, son los llamados a hacer esta transformación? pero viene mi preocupación acerca de su asesoría, acerca de su financiación. Porque está demostrado que en esa ciudad, nada se hace gratis y más cuando un político mete la mano en alguna asociación, entidad u obra benéfica en donde el encausamiento ya está de antemano definido.
Qué bueno fuera que se formara de nuevo un “movimiento cívico independiente” ajeno a toda politiquería, como lo tuvimos en otrora, en donde sin importar el regionalismo, el partido político, la religión y dejando atrás, como lo dije anteriormente, el egoísmo, la mentalidad individualista y el afán de sacarle provecho a toda actividad cuando nos unía ese concepto de patriotismo y unidad fronteriza y luchábamos por tener una región como nos la merecíamos por el hecho de estar en esa candente latitud en donde nuestra paga simbólica sería que los gobernantes jugaran como mínimo, en el mismo bando del pueblo para ser más llevadera, con una buena calidad de vida, la estadía en la región. Movimiento que con una personería jurídica se convierta en el “siriri” (ave característica de algunas zonas del territorio nacional encargada de poner en ascuas al gavilán cuando se lo encuentra) de las administraciones, en los veedores de las obras, exigiéndoles a los mandatarios el cumplimiento de la ley y del plan de gobierno esgrimido durante su campaña y sobre todo un exigente respeto para con un pueblo que lo eligió.
Carlos Javier Londoño O.