Dos árboles de caucho que todavía sobreviven en la ciudad
En las calles de Leticia.
DOS ÁRBOLES DE CAUCHO QUE TODAVÍA SOBREVIVEN A UN LADO DE LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR. Por ACR.
En el libro El río del británico Wade Davis, publicado en 1966, prácticamente reconstruye el pasado de Richard Schultes en el Amazonas colombiano en la década del 40 del siglo pasado. A Richard Schultes hay que recordarlo como el norteamericano que se atrevió venir al Amazonas buscando la semilla ideal de caucho y la encontró en el Loreto Yacu, muy cerca a Puerto Nariño para luego plantarlas en Costa Rica: era el Hevea brasiliensis.
El libro en mención cuenta que con seiscientas mil semillas próximas a germinar se le ocurrió contar con el Teatro Parroquial, después Teatro Leticia, y hoy Mossh, y dejarlas ahí porque era el lugar ideal para almacenarlas mientras llegaba el avión. Las que ya habían germinado se le ocurrió plantarlas en todas las calles de Leticia, y lo hizo junto al indígena miraña de nombre Pacho. En esta parte termina diciendo: “Cuarenta años después (lo que podría ser en 1985, si fue sembrada en 1945), las semillas serían frondosos cauchos, y en lugar de caminar bajo frutales importados de Asia, sus nietos vivirán a la sombra de los árboles con los que habían labrado su historia”.
Palabras más o palabras menos, el árbol de caucho representa un episodio de la historia de Leticia y el Amazonas, representó un auge económico y a su vez el genocidio de la población indígena amazónica. El llamado es a todos: conocer el árbol, recrear la historia para que no se repita la tragedia y conservarlo porque es nuestro árbol símbolo. Otro atractivo para los residentes y turistas que nos visitan.
Leticia, enero 4 del 2017
Alejandro Cueva Ramírez