Thu, 01/23/2014 - 11:17

Consideraciones

Foto: Jaime Andrés Darbosa Poveda
Foto: Archivos de Imagen Leticiahoy

Los hechos que han agitado el ambiente político en los últimos días y que considerablemente polarizan a los ciudadanos, me han llevado a pensar que nuestro país es de amores, odios e indiferencia. Estos tres componentes estructuran el estilo de vida de cada ciudadano; unos religiosamente y con devoción siguen a su líder; otros igual o más eufóricos lo critican y desaprueban fervorosamente. Pero a quienes considero potencialmente “peligrosos” son aquellos que no han construido un criterio propio, que son ajenos a los problemas que ocurren a su alrededor y dan la espalda a la hora de proponer soluciones. Sólo se quejan. Optan por la salida fácil que es a su vez, aprovechada por los pícaros para venderles ideas fantasiosas y sin ningún piso real con el único propósito de ser electos -y como ocurre siempre- cambian un derecho fundamental y superior como lo es el voto, por cualquier pendejada que les crea un espejismo en el momento y, posteriormente una desilusión con su respectiva indignación.

Se acerca la época electoral donde todos debemos ejercer el derecho a votar, a opinar y a pronunciarnos; a debatir sanamente con argumentos, y no llevados por un fanatismo ciego. Ya han surgido una cantidad no sólo de partidos políticos, sino también, un sinnúmero de movimientos de ciudadanos indignados y, otros promoviendo el voto en blanco ante la falta de líderes que visiblemente generen confianza en el electorado. Participemos de manera activa; no esperemos a que otros decidan por nosotros. Sin embargo, que nuestro derecho no sea supeditado a un beneficio personal y temporal, y mucho menos llevado por ideales absurdos, que rayan en lo ridículo; pongamos los pies en la tierra y miremos que opciones son coherentes, reales y aterrizadas; y no de naturaleza fantasiosa que pueden crear falsas expectativas. Saber cuáles son los antecedentes penales, disciplinarios, fiscales y hasta personales de los candidatos, es un mecanismo para filtrar los aspirantes que realmente nos puedan representar dignamente en cada una de las corporaciones.

Dejo tres consideraciones de carácter personal: la primera es, que debemos dejar a un lado esa concepción la cual nos dicta que TODOS los políticos indistintamente de su filiación son malos, corruptos e ineficientes. Si existen honestos que trabajan con dedicación, que representan destacadamente no sólo a quienes los eligieron sino, a toda la población en general. Es necesario reconocer que son pocos y por lo mismo no son tan visibles, y no cuentan con la espectacularidad mediática, las maquinarias políticas y económicas para poder reflejar su dedicada labor. En segundo lugar; dejemos a un lado ese sectarismo nocivo que enceguece y no permite ver más allá de lo que nosotros “creemos” que es lo mejor, sin permitir opiniones contrarias que pueden tener algún sustento válido que lleve a una discusión sana y tolerante. No olvidemos que hay una frase muy sabia que indica que “En la política NO hay enemigos”. Mientras hoy algunos lanzan ataques hacia sus contendores; el día de mañana esos mismos serán sus mejores aliados. Y, por ultimo de nuevo los invito a participar decididamente y a conciencia; eligiendo a quienes por sus propuestas bien estructuradas nos sirvan como referente para poder sentirnos bien representados sin que de por medio exista una transacción de nuestros votos por alguna dádiva – llámese tamál, aguardiente, tejas, lechona, etc – para así ejercer un activo control político si estos no cumplen los objetivos por los cuales fueron elegidos.

El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Winston Churchill
JAIME ANDRÉS BARBOSA POVEDA

Correo: andresbarpo@gmail.com

Twitter: @andresbarpo

 

 

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