Wed, 12/18/2013 - 08:22

Crónica 62 Reflexiones sobre la tal paz

Foto: Cronistas Carlos Javier Londoño
Foto/Cronista/Leticiahoy

Reflexiones sobre “ la tal paz” Viendo de nuevo la serie “Escobar el patrón del Mal”, llegaron a mi mente recuerdos funestos de aquella y de ésta violencia que sigue azotando al pueblo colombiano.

Evoqué, además los libros y artículos que he leído con respecto a este tema, haciéndome de inmediato una serie de preguntas y reflexiones sobre el sonado proceso que se lleva actualmente, para firmar la “presunta paz” que a toda costa quiere sacar adelante nuestro oportunista presidente, no importándole el nuevo precio que tenga que pagar esta aporreada nación con tal de quedar en la palestra nacional e internacional como el “Non Plus Ultra” de la paz, sin negar el interesado propósito de una reelección a la presidencia o hacerse merecedor a un premio Nobel.

Hablo como persona adulta, producto de la violencia de este país, nacido en la época en que comenzó este cruento fratricidio hacia el año 1948 con el asesinato del líder popular Dr Jorge Eliécer Gaitán, entre otros factores; fecha desde la cual los emblemáticos colores dominantes del país azul y rojo, hoy con otros nombres y otros partidos - como para variar , pero en el fondo los mismos tránsfugas - que se disputan el poder a sangre y fuego y con la misma mentalidad de mantener subyugado al pueblo, legislar en su contra, y favorecer a los ricos y multinacionales que como siempre, lo han venido haciendo.

De ese tiempo y desde cuando tengo uso de razón vengo observando, oyendo, y leyendo acerca de los tales procesos de paz, desmovilizaciones, pactos, amnistías y todo lo referente al tema con miras a acabar con el conflicto armado pero vemos que esas son “conveniencias y montajes” interesados de acuerdo al mandatario de turno.

Por éstas y otras razones que expondré a través del escrito voy a dejar plasmadas unas reflexiones acerca de esta farsa que sobre la paz se está fraguando en el territorio colombiano, palabras dirigidas a algunos jóvenes que desconocen la historia del país, porque no leen o por la apatía que abunda entre ellos, pero que quieren sobresalir basando su conocimiento en las mentiras y conveniencias expuestas por los políticos de turno y politiqueros de oficio en la prensa, radio y tv medios subyugados al mejor postor.

No me considero versado en la materia pero las vivencias que me ha tocado experimentar desde la muerte de mi padre en el nordeste antioqueño, a causa de la guerra desatada por el magnicidio del “Caudillo del Pueblo” como se conocía a Gaitán, reforzada con lectura y la tradición oral de mis antepasados me dan un poco de conocimiento para escribir este artículo, sobre todo hoy, cuando todo en este país gira alrededor del formato de la palabra “paz” auspiciado por los oportunistas de turno quienes - como dije anteriormente- en su empeño de firmar el documento a consta de unos intereses ajenos al pueblo colombiano, quieres sobresalir pisoteando la dignidad de nuestro pueblo.

No es que sea ave de mal agüero y ojala esté equivocado en mis apreciaciones, pero la verdadera paz en Colombia sólo se verá cuando se rompan los esquemas y dejen de existir las verdaderas causas que han originado este conflicto de tantos años y entre los cuales están, entre otros: la pobreza, la marginalidad, la desigualdad social, la falta de educación, la falta de salud, la falta de políticas para el agro, y la injusticia.

Pueden que ahora pacten o firmen la supuesta paz pero la pregunta es: ¿Será ésta una realidad? He aquí mis apreciaciones:

1) Por lo estamos viendo en la mesa de negociaciones, a los líderes por parte de la guerrilla sólo les interesa arreglar su situación personal actual, desconociendo la base inconsulta o sea la guerrilla rasa que se encuentra fraccionada en el monte, actuando independientemente cada uno de sus frentes. ¿Será que éstos veteranos del monte salen a mendigarle al gobierno un subsidio por la reinserción y el pacto de paz, a sabiendas de que con el control del narcotráfico, secuestros y extorsiones reciben sumas exorbitantes de dinero?

2) ¿Será que este presidente tiene autoridad moral para hablar de paz a sabiendas de que hace parte de una de las familias privilegiadas de este país que con un periódico de base como lo es El Tiempo han influido y seguirán influyendo en la situación política del país manipulándola información?

3) ¿Será que puede haber paz cuando 268 HP (Honorables Padres de la patria), con alguna excepción, claro está, legislan para su conveniencia y en contra del pueblo que los eligió, favoreciendo a la clase adinerada opresora de los trabajadores y a las multinacionales que esquilman las riquezas de nuestro territorio. Personajes que abusando descaradamente de su investidura hacen lo que a bien tengan, esgrimiendo su credencial como si fuera patente de corso que les da derecho a hacer lo que les dé la gana, dejando mal parada su elección y por ende al pueblo que lo eligió?

Aquí caben muy bien las palabras del religioso Luis Farinello a quien le pidieron una oración para la apertura de las sesiones del senado de su país, palabras válidas para Colombia, pues esa caterva de corruptos representantes parecen ser cortados con la misma tijera. El religioso en vez de elogiar al Senado y exaltar su labor, pedía perdón y dirección a Dios por todo el mal que están causando estos privilegiados, al perder el equilibrio espiritual y el cambio de los valores, explotando al pobre, llamándolo “distribución de riquezas”

Recompensando la pereza, llamándola “Planes sociales”

Matando a los hijos de pueblo que aún no han nacido, llamándolo “libre elección”

Dejando que maten y roben, llamándolo “derechos humanos”

Siendo negligentes al disciplinar a sus hijos, llamándolo “desarrollar su autoestima”

Siendo corruptos y abusando del poder, llamándolo “política”

Siendo codiciosos con los bienes del vecino, llamándolo “tener ambición”

Habiendo contaminado las ondas de radio y tv con groserías y pornografía, llamándolo “libertad de expresión”

Haber ridiculizado los valores establecidos desde hace tiempos por sus ancestros, llamándolo “obsoleto y pasado”.

Palabras que por su veracidad causaron estupor entre los honorables representantes.

4)Podrá haber paz cuando esta amnésica sociedad olvida que un joven ávido de noticias en los años funestos del narcotráfico, llamado Juan Manuel Santos como Subdirector del Tiempo, publicó a titulo de chiva , la noticia sobre las conversaciones que a escondidas estaba realizando el gobierno del presidente Belisario Betancur con el cartel de Medellín ( los hermanos Ochoa, Pablo Escobar, Rodríguez Gacha, y Ledher), en el Hotel Marriot de la ciudad de Panamá bajo la vocería del expresidente López Michelsen, de quien obtuvo la veracidad de esa información el citado subdirector, obligando, con la noticia publicada, al presidente Betancur a mentirle al país diciendo que desconocía esa situación, iniciando la extradición de los nacionales hacia los Estados Unidos, y rompiendo las conversaciones con el cartel, dando origen así a la ira desatada por Pablo Escobar en contra del gobierno y del estado al cual le declaró la guerra que conllevó a la oleada de sangre producida por el terrorismo y las explosiones de los carros bombas, como consta en el libro “ Crónicas que Matan” en el capítulo titulado “ Reunión en el Marriot” pagina 46 de la periodista María Jimena Dussán

5) ¿Podrá haber paz ante la desigualdad salarial entre los congresistas o su equivalente con los asalariados del país la cual es aberrante, por no decir humillante, entre los 25 millones que gana el congresista y los 589 mil que gana la mayoría del pueblo colombiano, ante el incremento salarial de cada año que para el pueblo no supera el 4% alegando el gobierno que un alza mayor redunda en la inflación del país?

6)¿ Podrá haber paz ante las injusticias cometidas por algunos funcionarios de los estamentos encargados de velar por la seguridad, la justicia, el control financiero, la educación, y la salud de éste país, entidades en donde la mayoría de esos empleados son apátridas y benefactores de los ladrones de cuello blanco que legislan para favorecerse.

Personajes con antecedentes que el pueblo olvida y que son reelegidos a cambio de las dádivas que ofrecen, cuyos historiales están reseñados en libros tales como “El Narcofiscal” del fallecido periodista Manuel Vicente Peña Gómez en donde se puede encontrar particularidades sobre algunos políticos de renombre. El libro- documental mencionado fue recogido cuando salió, para no desprestigiar al personaje, apareciendo una versión pirata que se consigue en el mercado.

Podría escribir un libro sobre las verdades por las cuales no hay paz en Colombia cuyos detractores principales son algunos de los entes del gobierno; afortunadamente ante esta política dañina, el pueblo colombiano empieza a despertar y a reconocer la realidad. Hoy, después de veinte años, de la muerte de Pablo Escobar, su legado de maldad permanece intacto entre algunos congresistas con el agravante de que le han agregado más corrupción a sus delitos.

Mas grave, entonces, es el proceder de las mafias gubernamentales que el historial delictivo del extinto jefe del Cartel de Medellín y aún así se atreven a hablar de paz.

Bien lo dice el abogado de la mafia: Pablo no es el Patrón del mal , éste es el narcotráfico, yo le agregaría, también lo es el Gobierno con su entidad el Congreso de la república.

 

Carlos Javier Londoño O

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