Fri, 11/13/2015 - 18:51

In Memoriam Olinda María Riveros de Vela

Lutos
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Se sigue desflorando el árbol genealógico de la gente representativa, de la Leticia buena de aquel entonces.

Personajes que por las desinteresadas acciones que realizaron, pasarán a la historia regional como ejemplo para una generación en donde la honestidad, el tesón y la moral no están entre sus preceptos.

Hoy le correspondió el turno y nos abandona de esta tierra la incondicional amiga Olinda María Riveros de Vela, la inolvidable y aguerrida pedagoga quien desde muy joven luchando contra los avatares e inclemencias de esa hermosa manigua se adentró a las poblaciones de La Pedrera y Tarapacá y posteriormente a Leticia a la Escuela Anexa de Niñas a dar lo mejor de sus enseñanzas a esa niñez, que hoy debe estar agradecida por haber sido discípulos de tan meritoria profesora, quien entre otros puestos ocupó también el de Supervisora de Educación Municipal y Diputada Departamental.

Posteriormente perteneció al grupo de Voluntarias “Damas Grises” de La Cruz Roja de Amazonas a la cabeza de doña Elvia de Cano en donde con sus amigas del voluntariado entre las que figuraron: Aminta Filó, Luz Marina de Mejía, Lucia de Montes, Aura Lilia de Álvarez , Charito de Silva, Mirian de Otero, Iracy de Moré, entre otras se desplazaban por los kilómetros, veredas y el rio visitando asentamientos indígenas llevando con entereza y amor, una voz de aliento en medicinas y alimentos a esas personas menos favorecidas.

Mujer luchadora y emprendedora quien desde la muerte trágica de su querido esposo el profesor Pacho Vela, no dio su brazo a torcer para sacar adelante a su familia.

Como te recordamos Olinda cuando en compañía de los Socorristas de la Cruz Roja a mi cargo hacíamos esas tertulias y festivales para recoger fondos para la institución y en donde Tú cual hormiguita arriera trabajabas codo a codo con todos los integrantes.

Tu legado no va a quedar en el olvido más ahora en donde últimamente actuando como la samaritana caritativa estabas pendiente para darle su voz de aliento a cuanto enfermo conocido era remitido de Leticia a la capital del país.

El pueblo te va a extrañar por esas ejemplarizantes enseñanzas que plasmaste en la mente de esa niñez naciente quienes hoy, son mujeres ejemplo de muchos hogares.

Que el Hacedor de Días te tenga a su diestra. Paz en tu tumba.

Carlos javier Londoño O.

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