Crónicas 61 Tres más que nos abandonan
En días pasados, tres amigos se nos adelantaron en el camino a la eternidad, razón por la cual hay motivo para escribir algunas líneas. Fueron tres amigos de la vieja guardia que vivieron en los mejores días de la Leticia antigua cuando la amistad era un valor respetado, noble, sincero y desinteresado.
Época en que el trabajo ejercido con respeto y responsabilidad enaltecía los hogares amazonenses y aunque todos íbamos tras un objetivo económico, no se veía la avidez actual de conseguir dinero no importa el costo que esto pueda acarrear. Tomás Cárdenas Barbosa: el gran amigo que conocí como mi superior cuando él como teniente y yo, como bombero voluntario raso, ejercimos esa noble labor en el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Leticia en los años 70 cuando los incendios se apagaban a punta de olla.
Amigo incondicional con quien tuve el grato placer de disfrutar muchas actividades y de viajar en compañía de otras familias amazonenses a unas fiestas de fin de año a ciudad de México, ciudad a la cual viajamos todos uniformados con camisetas de Leticia- Amazonas Pulmón del mundo, promocionamos Ad- Honorem la región a nivel del país mexicano.
Gran colaborador cívico y uno de los importadores en grande en la región con su comercializadora Import – Export Primavera, almacén que con sus artículos dio comienzo a la modernidad comercial de la ciudad.
Precursor entre otros, de la información radial en la región con su emisora Ondas del Amazonas, lo mismo que de la diversión sana con su antigua discoteca “Tacones” y la actual discoteca “ Boa”.
El señor José Elías Canchala, el trabajo y la responsabilidad personificadas, coincidencialmente patrón y empleado mueren casi al mismo tiempo. Hombre de confianza de Tomás en la época de su comercializadora.
Veterano navegante de los ríos amazónicos quien visitaba con su lancha los lugares más recónditos del amazonas llevando e intercambiando mercancías, haciendo patria por toda la frontera Colombo-brasilera –peruana.
Pedro Antonio Grajales V: mejor conocido como “el sastre”. Personaje que recorría las calles leticianas en su inseparable bicicleta saludando a todo el que se encontrara a su paso. Gran amigo con quien afiancé más ese concepto de amistad, cuando la tragedia del FAC-902, avión de la Fuerza Aérea que cayó en la selva amazónica en 1985, nos unió en el dolor y la angustia, él por perder a su señora esposa y sus dos hijas y yo al perder a mi querida hermana.
Fue el padre de quien esa época era un niño llamado Julio César quien pasó a la historia amazonense por ser uno de los primeros en llegar al sitio del accidente del avión en busca de su mamá y de sus hermanitas a las cuales no encontró, regresándose al campamento con la cartera de su progenitora y un pedazo de fuselaje del avión, demostrando con éstos objetos que si había llegado al sitio del accidente. Un mes después de tan lamentable accidente, Pedro junto conmigo y otras personas conformamos una comisión que volvimos al sitio en busca de algunas pruebas, encontrando entre otras cosas, las vestimentas de sus hijas.
Éstos amigos ya nos abandonaron pero quedan sus hijos con esas enseñanzas de respeto, honestidad, amistad responsabilidad en el trabajo y otros valores como la mejor herencia que un padre puede dejar a sus hijos en estos momentos.
A todos los familiares de estos tres grandes hacedores de patria mis respetos y condolencias y para ellos paz en su tumba.
Carlos Javier Londoño O