Parece que la historia se vuelve a repetir
Fue hace cuatro años cuando en vivo y en directo en la ciudad de Leticia, me tocó presenciar y vivir nuevamente después de muchos años de estar ausente de esa ciudad, el festival politiquero que con motivo de la elección de gobernador, alcalde, concejales y diputados entre otros se celebraba allí y en todo el territorio nacional.
Vi con agrado como el pueblo estaba contento y entusiasmado con dos de los aspirantes tanto para la gobernación como para la alcaldía, representados en un profesor y un policía, quienes al ser egresados de esos dos estamentos de respeto, tenían credibilidad moralidad, honradez y sentido de pertenencia.
El aspirante a la gobernación con su lema” Somos pueblo somos Más” esgrimiendo premisas electorales con base en su plan de gobierno tales como: legalidad, justicia y trasparencia en la política, amazonas una nueva sociedad, política rural, turística, agrícola y comercial generadoras de riqueza y empleo, comunidades indígenas como protagonistas del desarrollo amazónico y medio ambiente saludable y sostenible entre otros, plasmó esas iniciativas en un boletín como caballito de batalla electoral..
Y el aspirante a la alcaldía con su lema” El camino hacia una Leticia nueva y competitiva” reforzado con una formulación de promesas esbozadas en 12 puntos en los cuales prometía la redención y la panacea para salvar al municipio.
El pueblo estaba optimista porque esa dupla de aspirantes eran los “enviados” para enrutar de nuevo los destinos del departamento y el municipio de las falencias y corrupción que los venia golpeando desde hacia años atrás.
Con esa confianza y esperanza, los pobladores depositaron los votos por ellos como la solución más indicada jamás vista en la región.
Pero como todo en ese pueblo, la dicha no fue duradera.
El desengaño y decepción aparecieron tiempo después cuando los dos gobernantes empezaron a mostrar verdaderamente los objetivos de su gestión, que como todos los anteriores eran: la corrupción, el carrusel de la contratación, la apatía por con la región, la falta de autoridad y de pertenencia, la ingobernabilidad, pero eso sí, mostrando sin ningún recato alguno sus habilidades para manejar el dinero de los amazonenses a favor de sus cuentas personales.
Y de todo lo prometido para el desarrollo del departamento, a la mierda con esas promesas. Aquí lo importante es quedar bien con los benefactores de la gestión al hacer que los dineros invertidos para financiar las campañas, a lo mejor dineros sin justificación, tomen legalidad al incluir dichos colaboradores en el carrusel de la contratación.
Y no se aterren por esta aclaración pues es muy sabido que algunos empresarios locales, acrecentaron su haber con las inyecciones monetarias que les hacían a sus negocios los opulentos de la época con el fin de que el dinero sucio obtuviera una legalización lo que hoy en la práctica se denomina “lavado de activos”
Como recuerdo las palabras que regían en la época de la bonanza cocalera cuando alguien solicitaba una manera fácil para conseguir dinero. Todos estábamos de acuerdo en afirmar y debido a la realidad del momento en que si alguien quería conseguir dinero fácil, sólo bastaba ser traqueto, político o aduanero y parece que las cosas no es mucho lo que han cambiado, aparte de la desaparición de los aduaneros.
Hoy de nuevo viendo este zafarrancho electorero lleno de intrigas, murmuraciones, denuncias epítetos, chismes y habladurías temo que la historia de las flaquezas del electorado en las elecciones volverá a repetirse pues en el ramillete de aspirantes a regir los destinos de la gobernación, la alcaldía y demás estamentos, aparecen personajes que ya han pasado por esas lides, que saben de letra menuda sobre cómo esquilmar las finanzas públicas y de la tramoya política de cómo se maneja la corrupción en el ejercicio.
Observo la lista y noto no con asombro, porque eso allá es muy común y poco importa, de candidatos aspirantes que tienen o tuvieron antecedentes e investigaciones, otros que ya probaron las mieles el poder, los cuales saben de triquiñuelas y ardides con respecto al manejo del presupuesto, quienes posteriormente en el ejercicio de su función, fueron destituidos y no creo que fue por haberse desempeñado a cabalidad en su administración.
Aspirantes que fueron elegidos años atrás para que representaran la región ante el gobierno central debido a la dejadez que se vive en esa frontera, personajes cuya característica es la de haber pasado incólumes por su gestión sin ningún acto beneficioso para la región, aparte de asegurar su situación financiera.
Aspirantes que hoy tienen el cinismo de volverse a lanzar para aspirar a regir de nuevo los destinos del departamento y la ciudad y que a lo mejor van a ganar por que a falta de preparación y conocimiento para gerenciar el departamento tienen el dinero para comprar votos y conciencias en un pueblo en donde la memoria histórica desaparece cuando las prebendas salen a flote, en un pueblo y con respeto lo digo, en donde ciertos personajes son capaces de entregar a sus esposas o sus hijas al mejor postor, como ocurría en la época de la bonanza, con tal de participar en el ponqué presupuestal, pueblo en donde prima el interés personal sobre el interés general .
Aunque también veo, supuestamente, buenos elementos como aspirantes a ser elegidos, la situación es muy relativa , porque como dice el dicho “ojos vemos corazones no sabemos” y si no vean la triste realidad de lo que está pasando con los salvadores de la región en quienes todo el pueblo confió y creyó y hoy son motivo de investigaciones, desprecio, vituperios, demandas, enemistades, por haber cambiado el rumbo para lo que fueron elegidos.
Infortunadamente uno nace bueno pero la politiquería y la ambición lo corrompen y eso es lo que siempre he escrito con relación a la problemática corruptiva del Amazonas situación válida para toda Colombia en donde pueden haber buenos candidatos para regir los destinos de alguna entidad gubernamental, gente buena, sana, con buenas intenciones de hacer, gente honrada con moral pero que llegan como primíparos a unos antros de corrupción, de ambición, y de inmoralidad, en donde muchos de los recién elegidos son conocedores o desconocedores de la situación y en donde son muy pocas las opciones que tienen para sortear esa elección y una de ellas y la más rentable es unirse directa o indirectamente al cartel que esta enquistado en las oficinas del gobierno desde hace años, rigiendo los destinos del presupuesto y del nuevo mandatario, más si recibió dineros de algún padrino para obtener la elección.
Así es mis amigos amazonenses: ya tienen en sus manos el espejo de años anteriores en donde pueden ver la realidad de lo que sucede en estas contiendas electorales de las cuales todos son sabedores para que tomen o no los correctivos si quieren cambiar la situación.
En ustedes y sólo en ustedes, está la suerte de la región. No podemos seguir permitiendo que con nuestros votos unas pocas personas se estén beneficiando del dinero del pueblo encargado de elegirlos, y seguir como siempre, llevando de la peor parte y lo más triste: si tenemos la potestad de elegirlos, por qué no tenemos la verraquera y potestad para derogarles el mandato, cuando no cumplen con nuestras expectativas como empleados nuestros que son?
Carlos Javier Londoño O