Qué Verraquera La Ciudad De Leticia
Esta crónica la escribí y publiqué hace cuatro años por el periódico “Evaluación Y Gestión” que circula en la capital amazonense, cuando tuve la oportunidad de permanecer en la región.
Hoy quiero publicarla de nuevo para que la lean aquellos que no tuvieron la oportunidad de hacerlo y sobre todo para que hagan el comparativo a la fecha a ver si las cosas han cambiado, o por el contrario van de mal en peor.
Agosto 21 de 2011
“QUÉ VERRAQUERA LA CIUDAD DE LETICIA”
Leticia, el pueblo que todo colombiano desea conocer. Lástima que no se le pueda llamar ciudad pues su infraestructura y otros adminículos atentan negativamente para darle este apelativo que le corresponde como capital del departamento del Amazonas.
Cuando nuestros compatriotas la visitan, se llevan desafortunadamente una gran decepción porque el pueblo que están viendo está muy lejos de la imagen de ciudad que les vendieron.
Es un pueblo sui generis en Colombia pues la mayoría de sus habitantes y los que llegan a vivir a ella, están felices porque aquí tienen la oportunidad de hacer lo que les da la gana sin que nadie los llame a relación.
Aquí se violan la mayoría de las normas y leyes a veces con la anuencia de algunas autoridades y no es exageración y les voy a explicar por qué y esto es apenas una parte de la cantidad de irregularidades que se presentan.
Párese en cualquier esquina de este pueblo, para que observe en tiempo record el sinnúmero de infracciones de tránsito que se cometen y que en cualquier otra parte de Colombia daría como mínimo una amonestación, pero como aquí creen que porque todo el mundo lo hace ya se convierte en norma, así lo ve todo el mundo, hasta las mismas autoridades convirtiéndose en normal por eso nadie dice nada.
La polución sonora que estamos viviendo en este remanso de paz…cual remanso de paz? con este bullicio y este despelote vehicular, que interfiere en contra de la buena locomoción y relax de los turistas.
Si queremos empezar a manejar calidad de vida en este pueblo, deben las autoridades empezar a controlar los decibeles de ciertos almacenes, vehículos y personas que con sus peroratas y música son un fastidio para el espíritu.
Esta debe ser una ciudad ecológica por excelencia en donde hay que implantar orden y autoridad por encima de los intereses personales.
Esta no es la ciudad que el turista quiere ver.
Y qué decir de las basuras, porque no empezamos a concientizar a nuestros hijos, vecinos y amigos que en forma irresponsable arrojan basuras de toda índole a las vías públicas, a ver si es posible que en un futuro no muy lejano se pueda ver algo de limpieza en esta ciudad?
Pero no, nadie colabora ni nadie dice nada. Este pueblo es el parqueadero más grande que existe en Colombia, en donde usted puede dejar su vehículo tirado, léase estacionado, en cualquier parte a veces impidiendo el paso peatonal y no hay ningún problema porque aquí se puede hacer y nadie dice nada.
Los senderos peatonales y aceras de algunos barrios periféricos convertidos ahora en vías motorizadas en donde el peatón tiene que dar la vía so riesgo de ser atropellado como ya ha ocurrido en varias ocasiones, pero esta es la Leticia que estamos viviendo y nadie dice nada.
La atención en los bancos, que desastre.
Para hacer una transacción bancaria el cliente tiene que armarse de buen genio y paciencia ante la atención paquidérmica que prestan.
Allí creen que le están haciendo un favor al cliente, no señores, respeten que los usuarios no van allí a pedir limosna, van a depositar su dinero con el cual ustedes ganan los dividendos para poder subsistir. Afortunadamente ya les llegó la competencia.
He visto filas de más de tres horas y la gente como siempre no dice nada.
Será que nuestros gobernantes y autoridades cuando salen a la ciudad lo harán en forma helitransportada para no darse cuenta de lo que está pasando en ella y sobre todo en sus calles?.
Ya es hora de que se imponga autoridad y hagan respetar los derechos de los ciudadanos para que podamos vivir en una ciudad digna, agradable, ecológica, limpia y acogedora sobre todo para los turistas que nos visitan y en donde las leyes y normas no se apliquen solo para los de ruana sino a todo el mundo en general olvidando en el momento de aplicarla que el personaje sea de apellido prestante, sea autoridad, empleado público, político, comerciante adinerado, primo, tío cuñado o familiar de la autoridad que ejerce la acción para que dicha justicia sea equitativa.
Que no siga ocurriendo lo que me comentó un funcionario de una institución gubernamental al preguntarle el por qué él como autoridad de la entidad para la cual laboraba no tomaba los correctivos para que las cosas marcharan bien en cuanto a ellos les competía, esto me respondió: si ejerzo autoridad y tomo los correctivos para que las cosas marchen como deben ser, lo más seguro es que me echen del puesto, porque aquí la costumbre se hizo ley y los demás no van a permitir que uno les obstaculice la infraestructura corrupta que tienen montada desde años atrás.
Si esto es lo que el pueblo sigue deseando, que viva el folclorismo con que se manejan ciertas entidades locales y lo más triste es que nadie dice nada.
Hasta cuándo llegará la apatía de mis conciudadanos que siguen permitiendo que les pisoteen su dignidad y sus derechos?
Exijan que eso se llama “democracia”.
Carlos Javier Londoño O