La paz que hacen los verdaderos Santos
La paz que hacen los verdaderos “Santos” Comienza la novena de navidad ofrecida al Dios, que nacido en un pesebre y hecho hombre, transformó la humanidad al ofrendarse por nosotros en aras de nuestra redención, salvación y paz para los hombres de buena voluntad.
Es una fiesta tradicional en donde al calor de hogar y de un pesebre se congratulan y unifican muchas familias para dar gracias al Todopoderoso por las dádivas recibidas en el año que termina y pedir por la solución de penurias tanto de armonía, como de paz, de tolerancia, de salud y de prosperidad económica para los años próximos venideros.
Es una época que a pesar de ser festiva, hay que pensar, reflexionar y tomar correctivos en familia sobre los muchos problemas que nos agobiaron durante el año, especialmente sobre los que competen con el país para tomar cartas en el asunto, como aquel que nos ocupa con respecto a la trillada palabra “paz”, aquella paz que todos anhelamos de corazón para esta nación que no merece la tramoya Gobierno- Farc a la que nos están sometiendo.
Es tiempo que alrededor de esta novena y pesebre, las familias se cohesionen en una sola, para clamar al Altísimo con una plegaria, que se apiade de nosotros si no reaccionamos ante esa falsa paz que nos martillan a diario, nacida y programada de unos intereses personales, que a toda costa quiere sacar adelante, cueste lo que cueste, nuestro falaz y ególatra presidente, quien apoyado por sus colaboradores de turno y mucho pueblo que ignora por donde va el agua al molino porque solo se nutren de la información que dan algunos medios televisivos, radiales y periodísticos que están al servicio de su majestad el enmermelador, el que todo lo puede, el que todo lo corrompe, al que todo se le facilita con el dinero del pueblo colombiano. Paz muy opuesta a la que nace de la equidad, de la buena educación , de la buena salud, la armonía y la justicia, paz que desde hace muchos años anhelamos y necesitamos los colombianos.
Es hora de pensar a fondo hacia dónde vamos, ya que nuestro dirigente confunde la pasividad de un pueblo, con la estupidez que él cree que nosotros manejamos, lo cual le da para convencerse de que le estamos creyendo todo ese montaje que se viene perfilando desde hace dos años atrás cuyos objetivos, fuera de favorecer ciertas élites de apellido, no es más que el de enaltecer su ego que cree lo llevará a Estocolmo a recibir el rebuscado premio Nobel de Paz y a hacer parte de los anales de la historia colombiana.
Esta situación se viene programando desde años atrás. Ya ha pasado por algunos países suramericanos y ya llegó a Colombia en donde está haciendo su labor. Vale la pena traer a colación las palabras de nuestra heroína Policarpa Salavarrieta a las cuales yo le agrego otro tanto, cuando incitando al pueblo patriota a que despertara del letargo les decía: “colombianos si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz de no permitir que nos metan este gol prefabricado de la paz, he de decirles que si hacemos esto, lo más seguro es que dentro de varios días seremos tratados como apátridas, de extrema derecha y enemigos de la paz, al no permitir que estampen en nuestra nalga la paloma de la paz y el sello de ese “acomodado” socialismo que nos quieren imponer. Si no creéis? mirad hacia nuestras fronteras para que se den cuenta de la situación que nos espera si no actuamos”.
En nosotros está en decidir la tranquilidad, democracia y progreso para el año 2015 y subsiguientes.
Buen endeudamiento para todos en estas fiestas producto de esta sociedad de consumo que cada día nos atosiga más y para el 2015, a apretarnos los cinturones con la nueva reforma tributaria el regalo navideño del gobierno para el pueblo colombiano, pues para el año venidero, con nuestro peculio, seguiremos patrocinando las malversaciones y a los futuros congresistas y dirigentes para esta Patria Boba quienes deleitándose y fortaleciéndose, a la degustación de un buen ron habanero, tomarán más fuerzas para seguir manipulando los destinos de esta nación.
Sé que por el hecho de decir estas verdades se vendrán sobre mí, lance en ristre muchos comentarios fuera de tono como salida de emergencia ante la falta de argumentos. Afortunadamente he aprendido que: Cuando uno va envejeciendo, es más fácil ser positivo, por preocupamos menos de lo que las otras personas no quieren entender, o de lo contrario que puedan pensar.
Carlos Javier Londoño O