Colombia cambió el chip, recurrió a la capacidad física, a esa resiliencia que mostró durante todo este torneo y que le sirvió para avanzar, por primera vez, a los octavos de final tras perder el primer partido. Invocó a la rebeldía para irrespetar la historia así al frente tuviera a un campeón mundial (1966).

Al final, las lágrimas de la mayoría de jugadores denotaban la tristeza por no haber podido avanzar tras ese esfuerzo.

Colombia se despide de Rusia sin reproches, y pese a la tristeza, los aficionados quedaron tranquilos porque vieron un equipo que dejó la piel en la cancha.

La Selección Colombia puso entrega y pundonor aunque a veces quedó corta en fútbol. En este Mundial compitió de buena manera y salió como un digno rival en octavos de final.

Fuente consultada / elcolombiano.com